Muchos son los mitos y leyendas que envuelven al rock y a sus estrellas en su totalidad. Historias, algunas fascinantes, otras rodeadas de oscuridad y misterio. Muchas surgen a causa de la vida tan extrema de éstos personajes, sus canciones (muchas veces con mensajes que dan lugar a las teorías y especulaciones) e incluso con sus muertes.

En éste caso nos toca hablar sobre una leyenda oscura que involucra al mítico guitarrista y cantante de blues, Robert Johnson. En el post anterior, referido al famoso "club de los 27", se habla de éste personaje histórico y se lo describe como uno de los mejores o quizás el mejor guitarrista y cantante de blues que ha dado la historia. Johnson era un erudito de la guitarra y dueño de una voz única y particular. Además sirvió de influencia a músicos enormes como Eric Clapton, quién afirmó que éste personaje tenía la voz más prodigiosa que jamás existió. Pero lamentablemente, todo su talento y sus dotes se ven manchados por un suceso oscuro. Robert Johnson hizo un pacto con el diablo, vendiendo su alma a cambio de ser un experto de la guitarra y tener una voz privilegiada.
Ésta historia comenzó a crecer más debido a que Johnson falleció a muy temprana edad (27 años exactamente) y muchas personas cercanas al músico (vecinos y amigos) afirman que en la adolescencia, Robert Johnson "no sabía tocar la nota más mínima en la guitarra y su voz era pésima". Ésto lleva a pensar que el tiempo requerido para lograr el talento que logró desde su adolescencia hasta su muerte, sea casi imposible. Además éste músico practicaba con su guitarra por las noches en el cementerio de un poblado cercano para que nadie lo moleste, situación que hizo crecer aún más ésta leyenda.

La historia cuenta que la obsesión de Johnson por convertirse en el mejor era tan grande y extrema que un día el diablo se le apareció en un lugar alejado de la ciudad, en un cruce de caminos exactamente. El diablo conociendo los deseos del músico le hizo el ofrecimiento: ser el mejor de todos a cambio de condena eterna; Robert Johnson aceptó el pacto y le otorgó su guitarra al diablo para que éste la afinara. Cuando Satanás se la devolvió, Johnson solo debía mover sus manos por el mástil del instrumento y tocar el mejor blues jamás oído. Después de ésto, Johnson tocó y cantó en casi todo Estados Unidos, nunca quedaba quieto en un lugar y muchos de los que lo vieron tocar y cantar afirmaban que tenía algo mágico y único.
Éste es el pacto de Robert Johnson, el cual dejó varias canciones con mensajes en las mismas, las cuales refieren supuestamente a ese encuentro con Satanás: por ejemplo, "Crossroad blues" (el cual habla de un cruce de caminos) y "Me and the Devil blues", tema en el que una parte de la letra dice lo siguiente: "Temprano en la mañana, cuando golpeas a mi puerta, digo hola Satán, creo que es tiempo de partir".
EL PACTO DE ROBERT JOHNSON...
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